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Normativa sobre alérgenos: Ley de Información Alimentaria

En el ámbito de la seguridad alimentaria, es fundamental que los consumidores estén debidamente informados sobre los productos que consumen, especialmente en lo que respecta a los alérgenos. Los alérgenos son sustancias que pueden desencadenar reacciones alérgicas en algunas personas, y su presencia en los alimentos debe ser claramente indicada en el etiquetado. En este sentido, la Ley de Información Alimentaria establece las normas y requisitos que deben cumplir los fabricantes y distribuidores de alimentos para garantizar la correcta información al consumidor.

¿Qué es la Ley de Información Alimentaria?

La Ley de Información Alimentaria, también conocida como Reglamento (UE) Nº 1169/2011, es una normativa de la Unión Europea que establece las reglas sobre la información que debe proporcionarse al consumidor en relación con los alimentos. Esta ley tiene como objetivo principal garantizar la protección de los consumidores, especialmente aquellos que padecen alergias o intolerancias alimentarias.

¿Qué requisitos establece la Ley de Información Alimentaria?

La Ley de Información Alimentaria establece una serie de requisitos que deben cumplir los fabricantes y distribuidores de alimentos. Algunos de los principales requisitos son:

  • Indicar de forma clara y legible la presencia de alérgenos en los alimentos.
  • Utilizar un lenguaje sencillo y comprensible en el etiquetado.
  • Informar sobre la presencia de alérgenos tanto en los ingredientes principales como en los aditivos y aromas.
  • Destacar los alérgenos en la lista de ingredientes, utilizando por ejemplo letras en negrita o resaltando el texto.
  • Proporcionar información sobre los posibles riesgos de contaminación cruzada con alérgenos durante el proceso de fabricación.

¿Qué alérgenos deben ser indicados en el etiquetado?

La Ley de Información Alimentaria establece que los siguientes alérgenos deben ser claramente indicados en el etiquetado:

  • Cereales que contengan gluten, como trigo, centeno, cebada, avena, espelta, kamut o sus variedades híbridas.
  • Crustáceos y productos a base de crustáceos.
  • Huevos y productos a base de huevo.
  • Pescado y productos a base de pescado.
  • Cacahuetes y productos a base de cacahuetes.
  • Soja y productos a base de soja.
  • Lácteos y productos a base de lácteos (incluyendo la lactosa).
  • Frutos de cáscara, como almendras, avellanas, nueces, anacardos, nueces de Brasil, nueces de macadamia, nueces de Queensland, pistachos o nueces de nogal.
  • Apio y productos derivados.
  • Mostaza y productos a base de mostaza.
  • Granos de sésamo y productos a base de sésamo.
  • Dióxido de azufre y sulfitos en concentraciones superiores a 10 mg/kg o 10 mg/litro.
  • Moluscos y productos a base de moluscos.

¿Qué medidas deben tomar los establecimientos de restauración?

Además de los requisitos establecidos en la Ley de Información Alimentaria, los establecimientos de restauración deben tomar medidas adicionales para garantizar la seguridad de los consumidores alérgicos. Algunas de estas medidas son:

  • Informar a los clientes sobre los alérgenos presentes en los platos del menú.
  • Proporcionar alternativas o adaptar los platos para satisfacer las necesidades de los consumidores alérgicos.
  • Evitar la contaminación cruzada entre alimentos que contengan alérgenos y aquellos que no los contengan.
  • Formar al personal en materia de alérgenos y buenas prácticas de manipulación de alimentos.

En resumen, la Ley de Información Alimentaria es una normativa fundamental para garantizar la correcta información de los consumidores sobre la presencia de alérgenos en los alimentos. Tanto los fabricantes como los distribuidores y los establecimientos de restauración deben cumplir con los requisitos establecidos en esta ley para garantizar la seguridad de los consumidores, especialmente aquellos que padecen alergias o intolerancias alimentarias.

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